15 marzo 2013

Esqui en Formigal

Dani tumbando el cuerpo como si no hubiese un mañana. Esas mallas ... madre mía.

Después de algún intento frustrado por la sinvergonzonería de algunas personas (y sobre todo la falta de formalidad) montamos una salidita a Formigal, cuna del esquí molón y tal. Además, Juanjo es un tío grande de verdad y nos alquiló la casa así que miel sobre hojuelas, que se suele decir. Rubén volvía a las pistas después de cuatro años de dique seco y una rodilla loca, y Sergio más o menos ... así que la cosa prometía. Total, que pillamos el coche, y para allá que fuimos. La carretera sin problemas, la casa fantástica y solo faltaba cenar.

Solo le falta el puro y la copa de Napoleón III. El marqués de Formigal.

Siempre digo lo mismo. Hay que cenar por los menos una vez en el restaurante de la plaza del Pueyo de Jaca. No tiene pérdida. Vas al Pueyo, entras, aparcas en la plaza y te metes en el restaurante. Nos pusimos como el triquitraque: que si butifarra, que si tostas de queso de cabra, que si postres artesanos, que si cerveza... en fin, que cenamos el viernes fino filipino, preparándonos para darlo todo al día siguiente.

Sergio. El titán de las nieves.

Para desayunar como los señores: huevos rancheros con bacon, cereales, zumito ... en fin, pantagruélico. Salimos a las pistas ... y la primera: un poco de caravana antes de Escarrillas para subir. No hay mucho lío, y llegamos a sextas, aparcamos y empieza la fiesta: sacar el forfait. Si hay un ejemplo de mala organización, mal trato al cliente y sinvergonzonería online, es Formigal. Si te sacas el forfait online tienes que hacer cola para pillarlo. Si lo sacas en pista, también. La tarjeta se devuelve (son 3 pavos!!) pero no te dicen nada... en fin. Unos cuantos imbéciles después y una hora de espera nos hacen conseguir los forfaits. (350 pavos los 4). En fin ... que poco me gusta la pista. Pero el día promete ... y a eso hemos venido. Ale, a debutantes I a probar !!!.

Jessi. Siempre dice que esquia mal, y luego va como una reina mora.

La cosa de Debutantes I era probar básicamente, la rodilla de Rubén. Como se esguinzó como un calamar la patita, tenía miedo de que le chascara como una nuez, así que ahí que probamos. Los cuatro años en dique seco no se notaron lo más mínimo. Ya sabes lo que dicen, esto es como montar en bici, pero haciendo snow. Sergio le siguío de cerca, y a media pista ya estaban bajando como unos tigres de las nieves. Bueno, un poco despacio por aquello de calentar, pero como tigres. Ni lo pensamos. Según bajamos, telesilla de 8 y para arriba, a darlo todo a las pistas hardcore.

Bea que esquia como quiere pero aplica el principio de velocidad constante.

Y venga a esquiar como unos salvajes para allá y para aca... total, que acabamos haciendo toda la estación, reventando el horario como unos señores. Cuando cerraron nos bajamos para abajo (lo único que comimos fue unas nueces, unas barritas y unas San Miguel, que no son Mahou, pero están buenas) y nada más llegar a casa hicimos una merienda cena que no se la saltó un gitano. Como sería la cosa, que a las 20:00 Rubén puso el saco por encima, y los muy malandrines se quedaron dormidos. En esto que llegó Dani y Jessi (venían de escalar) y decidieron irse a dormir a sextas visto el estado de forma que tenía la patrulla. Total, que a las 21:00 durmiendo, que el domingo teníamos que darlo todo.

Rubén I de Formigal, en su tabla de snow.

Y vaya si lo dimos. a las 7:30 levantados haciendo de nuevo huevos rancheros. Limpiamos la casa, dejamos todo preparado para darle la última vuelta a la que salieramos por la tarde ... y a las pistas. Allí nos encontramos con Dani y Jessi en la bajada de sextas hacia Sarrios. Como estar cuatro años sin esquiar pasa factura (y Sergio se había metido un piñazo mítico en un brazo) Sergio decidió esperanos tranquilamente en el bar mientras burreábamos un poco. Hicimos cola en Sarrios y para el portalet, que es donde esta el turrón.

Telesilla hasta las patas. Los de la derecha no se quien son.

Así que para allá que fuimos. Rubén y Bea no tenían muchas ganas de darle caña a las negras, así que fuimos Dani y yo a explorar algunas pistas de por arriba, y nos encontramos un poco de todo. De hecho hubo alguna que nos cagamos de miedo, otra en la que me di un piñazo mítico (tuve que desclavar un esquí de una pared!!) y otro par de ellas que disfrutamos como enanos. Luego se unió Jessi y tras volvernos hacia Sarrios, nos despedimos ya que ellos se quedaban otro día más para hacer travesía.

La ropa de los 80 se ha vuelto a poner de moda.
Y poco más. 5 pizzas después y un fregado de casa, tiramos para Madrid después de un fin de semana de esquí salvaje como Dios manda. Me alegro que Rubén y Sergio hayan retomado los bártulos de nuevo, así que habrá que volver a darlo todo antes de que se vaya la nieve. Aun así, creo que me he hecho mayor para la pista. Me gusta más la tranquilidad de la travesía, las vistas, el sitio, todo. Me hago mayor.


El video resumen

1 comentario:

Anónimo dijo...

mu chulo el video fiera!!!