28 octubre 2013

Bautismo de aguas bravas

Por lo menos el chaval se lo toma con humor.
Despues de que durante la semana estuviese lloviendo a mares en toda la sierra, y que no nos despegásemos del SAIH mirando caudales, al final el domingo se dió la conjunción astral y quedamos para inagurar la temporada en el tramo clásico de "tomates": Navaluenga - Burguillo. Un tramo fácil de grado II, que con 7.8 cumecs y el sol que hizo, lo que más apetecía era darse unas nadadas. Así que allí estábamos Dani y yo a las 10:45 tras desayunar en la churrería del pueblo, para empezar el asunto.

Una de las pocas fotos que hizo Dani
Habíamos quedado con Javi Miñones, Sanna y Saúl, pero al final apareció todo el club Alberche. ¡ las grandes glorias del piragüismo madrileño ! tenían idea de hacer el clásico de verdad (Puentearco - Burgohondo) pero les comenté que Dani se estrenaba y fueron muy majos y se quedaron en el tramo fácil. Así que bajamos todas las cosas del coche, hicimos las combinaciones correspondientes y cuando me di cuenta, Dani ya estaba en el agua el solo. Al final al chaval le va a gustar y todo !

Luis (El del paso de la fuente!) e Ismael
Ya habíamos estado antes aquí en el alberche, pero con menos alguna (2.08cumecs) y la verdad es que Dani se lo pasó como un enano. Pero ya era hora de probar esto de las aguas bravas con algo de bravura. Además para complicar las cosas un poco, esta vez iba a ser con un barco un poco más pequeño (una dagger nomad). Así que nos preparamos, salimos ... y bueno, se bautizó nada más empezar en el primer resalte. Si es que son muchas cosas. Pero bueno, se lo toma con sentido del humor, le ayudan a "salvarse" y ale, a vaciar y para dentro.

Sanna y Saul visualizando los pasos
Nos vamos dando los pasos y Dani va probando los distintos tipos de paladas, e intenta familiarizarse con las distintas sensaciones que transfiere el barco. En la segunda nadada se ajusta un poco mejor los pies, y consigue tener un poco más de hueco, con lo que consigue ir un pelín más cómodo (que no todo va a ser sufrir).

Como llegó ahí Ismael? misterio!
Mientras tanto, la old school del club Alberche se lo está pasando en grande aprovechando cada ola y cada chorro para hacer cartwheels, chandeles, y de todo. Como se nota la maestría y el buen hacer en el río. Sanna aprovecha para para practicar en las pocas olas que hay, y yo intento hacer alguna cosa, al principio con más miedo que vergüenza, pero luego mucho más confiado ... y es que el sniper perdona mucho más que la pure!.

Sanna practicando en la mini ola.
Ismael nos enseña el buen hacer en uno de los chorros mientras Dani vuelve a embarcar tras hacer uno de los pasos un poco más complicados, y la verdad es que el tío se mueve en el barco como pez en el agua... como se notan las horas de entrenamiento encima del barco. Mientras los de la topoduo tienen su propia fiesta montada y van haciendo el "mal"  con el barco en cada ola que pillan ... y claro, la mitad de las veces pillando y volcando ... a ver quien esquimota eso sincronizado !. Eso si, se lo pasaron en grande. De hecho ya tienen montado un trailer.

Maestría y control a partes iguales
Dani aprovecha las nadadas para practicar cosas como el vaciado del barco (que no es trivial cuando pesa 200  Kg al estar lleno de agua), y cosas como el embarque desde orillas "raras" en las que no tienes ni un sitio plano. El tío se lo toma con humor y la verdad es que lo hizo muy bien, inclusó se cayó alguna vez ya practicando alguna toma de corriente. Pero vamos, que este ya está enganchado.

Aprendiendo las cosas básicas de nadar.
Javi Miñones nos estuvo enseñando un montón de cosas todo el camino, y estuvo pendiente en todo momento de que Dani no nadara más de lo necesario y no le pasara nada. Y eso que nos dió algún que otro susto con un par de ramas y un par de troncos... pero bueno, todo quedó en susto y ya está. Lo malo del Alberche es que hay tanta rama que hay que conducir más o menos fino, ya que en caso de nadada con caudal alto es posible quedarse enganchado, lo que no mola nada.

Javi dándolo todo en la ola
Y así fuimos completando el tramo, hasta llegar a la última ola donde estuvieron probando algunos surfeos, incluyendo Jorge y Kiko con la topoduo... incluso llegaron a pinchar en la ola y todo !. Y poco más, la verdad es que hizo una temperatura genial aunque había poco agua, cosa que al final Dani agradeció, porque si llegamos a entrar con 22 lo mismo la cosa hubiera sido un poco más apretada y no se hubiera disfrutado tanto la primera vez.

Se rieron mas que nadaron, las cosas como son.
Y nada, desembarcamos, guardamos las cosas y nos despedimos, que al final salimos a las 14:30 (entrando sobre las 12:00) y ya era bastante tarde y teníamos que volver pronto; una pena porque nos perdimos las cañas (se las debemos para la próxima). Ya a punto de terminar nos llamó David Tuercas para hacer el tramo superior, pero ya era muy tarde y nos teníamos que ir. Si no yo si le hubiera dado... lástima, para la próxima vez.

Surfeando la ola
Un buen día con excelente compañia... y un gran bautizo de Dani, que ya es del gremio. Bienvenido, tomate!

Video Resumen

16 octubre 2013

Adherencia: placer y dolor

Entrada publicada en el díario mistral

Un par de semanas más tarde después de que se me pasara el susto del diedro perejil patonero, me dió por buscar en la red información sobre sitios donde escalar en la comunidad de Madrid. Por aquel entonces no había mucha información disponible, pero gracias a un par de webs (MalditoDuende y un foro que empezaba a salir ... viaClásica) encontré bastante información sobre la Pedriza. Parece ser que allí había un montón de vías de III, IV y V perfectamente reseñadas en unos croquis dibujados a mano y que tampoco parecían muy difíciles. En el foro me recomendaron un librillo de Tiño Núñez: "Pedriza, escaladas fáciles tomo I". Así que ni corto ni perezoso, me compré el librillo y me puse a mirarlo.

El rompeolas
Pues resulta que la Pedriza estaba llena de sitios de escalar fáciles (eso ponía en el libro) entre IV y V+. Como también me gusta andar mucho, busqué un sector que tuviera muchas vías, y me encontré un tal "rompeolas" en el Yelmo, que tenía un poco de todo. Total, el otro día en Patones subí un IV+, así que esto si era IV, no podía ser más difícil. Pues eso, que el sábado ya estaba todo preparado y para allá que fuimos. Si, aunque parezca mentira, conseguí liar al mismo asegurador que el día de Patones.

Pedriza posterior con el pájaro delante.

Tras la hora y tres cuartos de pateo con la mochila en el lomo, llegamos a la pradera del yelmo. Yo ya conocía el yelmo, pero una cosa es subir por la brecha y otra escalarlo. Menos mal que esto del rompeolas estaba arriba del todo y era  fácil, porque tras desfilar por la pared sur y ver las clásicas se me puso el cuerpo raro. Otros diez minutitos, y estamos a pie de vía. Elegimos las de arriba del todo, que eran V y V+... si es que no aprendo.

Fernando en un muro con agarres (Espolón piecines)

Me pongo el arnés ... y madre mía que miedo ya en el primer paso. Lo de patones tiene su cosa porque esta vertical, pero tiene un montón de agarres para los pies y las manos ... pero esto ... pero esto que es ??? recuerdo echarme kilos de magnesio, las manos sudando, el corazón a mil por hora ... y todo para poner la primera cinta. Pero chico, has visto dónde esta la chapa? si está por lo menos a un kilómetro... resoplando, con el corazón el la boca, y dando pasitos chicos, consigo ir arrastrándome como una sabandija por el paño de granito. Centímetro a centímetro. El pie de gato solo te sujeta por la fricción. Piensas ... esto se pira y me voy a dar un lijado que me voy a encender como una cerilla ... resoplas, intentas agarrarte, pero está liso, sigues... soplas... chapas... soplas ... juras ... lloras... sigues...

El Capitán saliendo de la travesía de la Oeste de Peña Sirio

Vivan las penurias, pero oye, que he subido. Y aunque he tenido mil veces la sensación de morir ... esto no es tan desagradable como Patones, eh? anda, que podemos hacer la de al lado, que es V+ ... total, que ese día descubrí el granito. la roca noble. el Arte.

En Madrid tenemos la suerte de tener una de las pocas escuelas de granito de esas características que existen en el mundo. Es una escuela de panzas, de llambrías, de placas, de bolos, de fisuras, de setas, de formaciones extrañamente rendondeadas y de texturas cambiantes que hacen que escalar aquí sea un ejercicio casi mas mental que físico. Los pioneros y primeros aperturistas pasaron más miedo que siete viejas en su momento, y equiparon las vías a medida que subían, por lo que los pocos seguros fijos que hay, están puestos donde se podían meter, a base de burilar a mano. Esto nos da placas "con ambiente" como dirían los "recios". Ambiente que te pueden hacer llorar de miedo, literalmente.

Dani en la Pulpo Serrano (Norte del Yelmo)

A nivel técnico, es una escalada muy psicológica, en la que prácticamente no existen agarres de manos (si exceptuamos los garbanzos, las patatas, las escamitas, las regletas, los piquitos y demás conceptos locales que se aprenden a fuerza de mirar fijamente una placa de granito con bultitos) y todo el trabajo recae en tener equilibro, control de los nervios y una técnica de pies depurada, para aprovechar lo poco que hay, y cuando no hay, usar la técnica de la adherencia, que consiste en que la fricción producida por el gato-granito sea suficiente para aguantarte. Que se dice pronto, pero... hay que probarlo.

Mientras que en Patones (por ejemplo) un paso en el que tiene un bidedo te va a costar mas o menos lo mismo siempre (a nivel físico) tengas o no la cuerda por encima, en la Pedriza es todo lo contrario. Con la cuerda por encima eres capaz de dar pasos de adherencia un número por encima de lo que haces, prácticamente sin esfuerzo. Y este fenómeno se debe al factor psicológico que tiene la escalada (el famoso mevoymevoymevoymevoy... ummmpfffaiiinsss click "salvado").

Raúl aprentando en unas placas de Cancho Butrón

En la pedriza te puedes encontrar gente con 67 años escalando vías corriendo, como escaladores deportivos con el 6c asentado pasando miedo de verdad sin poder moverse. Todo ello en la misma vía de V. Porque aquí el grado... pues es como es. Si te metes en las "clásicas", puedes sudar vinagre en cualquier IV. Bien por las distancias entre seguros, bien por la dificultad técnica de algún paso de adherencia, bien porque directamente los pasos no son de IV, pero los que han pasado por aquí mil veces tienen el "culo pelao" y "esto es IV".

Lo malo de la Pedriza es que es una escalada tan específica, que luego tiene poca aplicación en otras escuelas. Pero lo bueno que tiene es que hay infinitas posibilidades de escalar, cimas realmente espectaculares, callejones recónditos que te llevan a placas increibles. Llanuras graníticas en las que perderse buscando los seguros mientras navegas por el granito intentando no pensar en el "cerillazo". La pedriza es una escuela que la amas o la odias. Y si te gusta, entonces ya no hay vuelta atrás: te has vuelto un escalador de "tumbaos".

Fisura inicial de la "Hermosilla" (Yelmo)

Otro problema que tiene la escalada Pedricera, es que más te vale saber meter seguros flotantes. En las "nuevas" vías de deportiva, están "mas o menos" es decir, no hay "mucho" aleje. Pongo todo entre comillas porque si escalas mucho en la Pedriza, los alejes te empiezan a parecer normales, pero si traes a alguien de otra escuela, entonces suelen flipar. Pero si te metes en las clásicas (o en alguna via reseñada como "semiequipada") entonces ya sabes lo que hay: seguros fijos donde no se puede meter nada (suele ser algo metido por la placa) y nada en el resto. Ahí está la cosa de meter friends, fisureros, o lo que tengas.

A veces meter el seguro es cosa de niños, porque tienes un buen reposo y puedes proteger el paso. Otras veces, llegas al sitio ya un poco precario (vienes de un trekking "con ambiente" y tienes el corazón a mil por hora) y te toca seleccionar y meter la pieza bien, porque lo mismo tienes 8 o 10 metros hasta el último seguro. Por esto hay que aprender BIEN a meter seguros antes de verse en esa. Y para aprender, lo mejor es escalar de segundo con alguien que sepa, y te enseñe como se ponen y dónde.

Paño central del Yelmo (Sur)

Yo tuve la suerte de conocer a Fernando (apodado por mi como "el recio", no digo "ná") y escalar con él de segundo unas cuantas (muchas) vías, en las que me enseñó el correcto emplazamiento de las piezas, como evitar los roces, la gestión de la cuerda en doble, etc. Luego empecé a escalar de primero con las piezas puestas y finalmente comencé a poner mis propios seguros. También me leí algún libro e hice mis prácticas en el suelo, pero considero fundamental aprender esto bien de alguien que controle, porque aunque nunca nos caigamos (aquí no te puedes caer, gran frase) el día que nos caigamos, el seguro tiene que soportar la caída.

A veces tienes el día inspirado, como el día que hicimos la "Zarajos in the Gym" en la cueva de la mora. Mira que era 6a/6a+ (grado más bien bajo) con los seguros "más o menos", pero lo que recuerdo de esa vía es la sensación de levitar al ir encadenando todos los pasos, el tacto del granito en las yemas de los dedos y la concentración que llevaba para ir dándome los pasos.

Bea en la Oeste de Peña Sirio (V)
Si no has escalado nunca en la pedriza, os lo recomiendo. Una vez que empiezas, si te gusta, ya te quedas "enganchado" para siempre de la escalada de "tumbaos" en roca noble.

07 octubre 2013

Escalada en el cancho Albalá

Las vistas desde el cancho Albalá
Me escribió Fernando que si hacíamos algo el fin de semana. Como llevaba una buena racha de escalar, aprovechamos y nos subimos a Valdemanco a darle un poco a la adherencia loca, que siempre gusta. Así que a las 8:15 estábamos saliendo de boadilla, y a las 9:15 como aquel que dice, después de hacer parada en Pozuelo para reunir al resto del comando Piedrafita, estábamos en Valdemanco.

Mira que vistas mas bonitas de escaladores recios
Para localizarlo rápidamente, la cosa está detrás del cementerio. Hay que tomar la segunda (creo) a la derecha, y subir por una carretera, dejamos el tanatorio a la derecha, y aparcamos en el aparcamiento guay (incluso para dormir) de la izquierda. Tomamos la pista (balizada blanco y amarillo) dirección Noreste ... y allí que te plantas en 20-25 minutos tranquilos, sin cuesta.

Las nuevas generaciones de cursillo. 
A ver, que nadie se engañe, que el sector es un tumbao. Y no lo digo despectivamente, al revés, es una suerte que equipadores majetes como Jose Luis y Miguel se curren este tipo de sectores para los que apretamos menos, y para los que quieren aprender. La política es "donde se puede meter, no pongo chapa" así que hay que traerse un juego de friends. Las chapas están bien puestas, pero si hay fisura, metes tu. Así que ojo los novatos (o la gente sin material) porque hay alguna vía que tiene ajele infártico (si no metes). Y dicho esto, decir que es granito bueno, con bastante adherencia, da la sombra hasta las 11 (en octubre) asi que estaba un poco húmedo, pero se hacen bien. Grado hasta 6a+ de adherencia, ahí lo dejo.

Fernando se estrena en la "Vía del 3, V+"


Así que cuando llegamos al parking ya salían unos andando para allá y por las pintas, eran cursillistas. Y no nos equivocamos. En esto de la montaña, el primero que llega pilla sitio, así que cuando llegamos nosotros hicimos dos equipos, unos se quedaron en el plafón central (Diego y Fernando) y nosotros nos fuimos a la izquierda a través de la selva (podad un poquito cuando vayáis, asi que llevad navaja). Empezamos por la  vía del 3, que es V+. Fernando lleva un tiempo sin darle, y entre eso y que la roca está un poco húmeda (y que le puso las cintas) resopla un poco, pero se la da. Cuando baja sube Ana y literalmente, revienta la vía. Luego dice que no, pero el primer seguro se lo chapa con las dos manos y sube corriendo para arriba. Cuando me toca a mi la disfruto bastante pero no hay que apretar nada. Es todo bastante evidente y se sube bien. Disfrutona y larga.

Ana en "El Pelaito de Aranda V+"
Cambiamos de plafón y hacemos "El pelaito de Aranda V+" y "Diosa Amat (6a, semiequipada)". Aquí ya hay que apretar un poco, sobre todo en la segunda si te vas por la placa. Hay que meter el morado de camalot en la fisura antes del parabolt, porque si te caes pillas. Si vas a salir por la placa loca, chapa primero el parabolt alto y luego destrepa, porque si te caes sin chaparlo te rompes los tobillos. Aquí ya hay división de opiniones que si es dura que si tal ... pero la verdad es que no me cuesta mucho. La encadeno a vista y pin pan.

Diosa Amat 6a semiequipada. El Capitán sentando cátedra.
Ya para rematar hacemos Zatoichi (V+) que nos parece más fácil, también buena vía, bien equipada, aunque hay una chapa sobre una repisa que a mi gusto ahí ... pues está regular. Pero vamos, que no soy nadie para enmendar la plana a los equipadores. Así que como ya eran las dos, guardamos los bártulos y tiramos para el coche.

Croquis sacados de "En la Vertical"

Conclusión: buenísimo sector para iniciarse y retomar el duro camino de la adherencia, sin andar mucho y con buenos seguros. En verano tiene que estar bien a primera hora, y en invierno a partir de las 12, que le da el solete. El problema es que es tan asequible que se llena de gente, así que los fines de semana con buen tiempo, esto tiene que llenarse. Y tampoco es muy grande como para que la gente se reparta.

Croquis sacados de "En la Vertical"
Os recomiendo que os paséis por allí y probéis las vías, que están muy bien. Eso si, un juego de friends, y mentalidad de escalar en adherencia y a disfrutarlo ! Os dejo por aquí los croquis sacados de la página web "En la Vertical" por si queréis pasar por allí. En fin, un buen día con los amigos, aunque faltó la mítica jornada gastronómica del club piedrafita, pero claro, no se puede tener todo :-)

Croquis sacados de "En la Vertical"

Croquis sacados de "En la Vertical"

Croquis sacados de "En la Vertical"


05 octubre 2013

Diario Mistral: "de como comenzó todo esto"

Colaborando con Diario Mistral.
Aprovechando que el pisuerga pasa por Valladolid, voy a escribir algunas entras en colaboración con el Diario Mistral, así que espero que os gusten. Y si no os gustan pues también, que para eso es mi blog. La entrada en Diario Mistral la podeis encontrar aquí. Esta es la misma, pero dentro del blog (lo digo para que no la leáis dos veces no vaya a ser que os de un pasmo, o algo). Pues ale, allá vamos.

Patones y sus nubes
Hace muchos, muchísimos años, el colegio nos llevó de excursión a la sierra de Madrid. Nada más bajar del autocar, nos soltaron por allí y nos quedamos extasiados viendo los grandes bloques de todos los colores, amarillos, blancos, redondos... pasamos el día brincando y saltando por los bloques, hasta acabar rendidos.

Mucho más tarde descubrí que el sitio al que nos llevaron se llamaba la Pedriza, y que era un buen sitio para dar buenos paseos por la vereda del río Manzanares y disfrutar de sus vistas. A fuerza de ir a pasear, acabé aventurándome cada vez más dentro de la Pedriza, hasta franquear esa misteriosa frontera situada mas o menos a la altura del Tolmo, que separa la pedriza "anterior" de la "posterior".

Lo malo de buscar aventuras es que a veces las encuentras, así que no fueron pocas las veces que acabé haciendo el jabalí entre las jaras, o trepando por meños bastante empinados, o directamente haciendo algún destrepe de esos "locos" con botas de montaña. El problema es que cuanto más andaba por la Pedriza, mas embobado me quedaba viendo esos muros enormes, prácticamente lisos, que surcaban esos paños de roca que te llevaban a cimas con formas mas raras aún que sus nombres.

Así que para ir un poco más seguro, decidí hacer un curso para rapelar, y poderme bajar de esos meños en los que me enriscaba sin problemas. Bendita ignorancia. Tras buscar bastante por Internet (no tenía ningún contacto escalador) encontré un sitio al lado de casa en el que impartían cursos de escalada. Lo de escalar incluía rapelar, así que sonaba bien. Hablé con ellos por teléfono, me dijeron que lo único que tenía que comparme eran unos pies de gato, y que fuese tal día.

El pontón de la oliva
Por aquel entonces el material de montaña en Madrid se compraba en un sitio: Ribera de curtidores. Así que para allá que fuí y busqué los pies de gatos más baratos. Los encontré en Gonza Sport. Una tienda con aspecto pintoresco pero con los precios baratos, así que una vez equipado con mis Gonza, me fui al curso.

El curso lo organizaba el club de montaña Placax, ubicado en el Pabellón Europa, en Leganés. Cuando entré allí, me encontré un pasillo bastante lóbrego, con paredes muy inclinadas, y unos tíos muy recios colgados por allí como monos de un lado para otro. "¿ y esto es escalar ? pues vaya tela, pensé". Allí nos presentaron a nuestro profesor: Jaime. Jaime nos miró, nos dijo que nos iba a enseñar a escalar, nos dió un  trozo de cuerda y nos enseñó a hacer el ocho. Nos dijo: hacerlo hasta que os salga solo. Ale. "¿ y ... cuando se escala ?".

Al siguiente día volvimos a hacer ochos, y nos dijo que nos pusiésemos los pies de gato. Fuimos al muro más vertical de la "cueva" y nos dijo que fuésemos para un lado y para otro, poniendo los pies en las presas, y agarrándonos a ellas. Aquí empezó el drama. Qué dolor de manos, de pies y de todo. Las siguiente semanas fueron peor, porque Jaime nos llevó "a fuera" que es donde están montadas las vías, y nos enseñó a escalar de primero, a poner las cintas, y a montar los descuelgues. Todo lo necesario para que fuésemos autónomos. Ahí conocimos lo que significa escalar de primero, lo "pino" que puede llegar a ponerse la cosa, y el miedo que es capaz de sentir una persona cuando experimenta (o se cree, más bien) experiencias cercanas a la muerte. Y sí, además, aprendimos a rapelar.

Total, que el curso terminó y yo "aprendí" a escalar. Así que me compré todo lo que hace falta para escalar, es decir, una cuerda, un arnés, ocho cintas, un kit de reunión  y un grillo y me fuí a escalar a donde va todo el mundo a escalar a Madrid: a Patones.

Imaginaos la situación: Pontón de la Oliva, 10 de Agosto, Sábado, las 11 de la mañana. Buscando las vías fáciles. Dos personas con un mes de experiencia ... en rocódromo. Antes no era como ahora que está todo lleno hasta los topes, así que con ayuda de la guía conseguimos encontrar (tarea que nos llevó casí 1 hora) la  vía más fácil que pudimos, "Diedro Perejil, IV+". "Total, en rocódromo hago V+ ... esto es fácil".

No es el diedro perejil, pero más o menos.

Creo que no he pasado más miedo en mi vida, de verdad. La transición de rocódromo a roca es, cuanto menos... peculiar. Busco el primer seguro... no encuentro nada. "Ah, si, allí arriba está". Hay que poner un pie aqui, otro allí... no llego, no puedo, apretones de 6c+ ... chapas el primer seguro agarrándote a la cinta... el corazón se sale por la boca... sabor a cobre... el compañero te pilla con el grillo con cara de miedo... "venga que ya lo tienes", te grita. Ves lo que te queda. Te parecen 20 metros, pero el seguro solo está a unos tres metros escasos, pero qué tres metros. Te das magnesio. Kilos de magnesio. Las manos te chorrean. Los gatos que en el rocódromo estaban muy bien escurren. Los cantos son pequeños, no como las presas. Te da la moto. Te da mas moto. Agarras el canto "pequeño", haces un bloqueo de 7b+ y consigues mosquetonear la cinta express. Te agarras a ella. Notas que te resbalas. "Dame. DAMEEEE", gritas. Ves que te caes. Que se acaba. Pillas la cuerda como puedes. Tu compañero no es capaz de sacarla del grillo. Tiras. La clavas. Tiras más. Sacas un poco. La pasas, PILLLAAAAAAAAAAAAAAA. Tienes la impresión de haber escapado de la muerte por segunda vez.

"Venga que ya es la última". Piensas en bajarte de ahí. Pero claro, no vas a abandonar la cinta express que ha costado 1300 pelas. Rebuscas algo de valor en el fondo de la magnesera. Tienes las manos empapadas de sudor. De sudor frío de ese que genera el miedo. "Venga, si ya está", intentas autoconvencerte. Ya casi en modo desesperado, gritas "voy". Das un par de pasos. Sales de la seguridad de la express. Titubeas. Tiemblas, "no voy a poder". Das un par de pasos.... y reunión.

El ocho, que no falte.

Respiras como si hubieras estado 2 minutos en el agua. "Venga, ya está". Ahora hay que bajarse, pero antes hay que montar el descuelgue, porque tu compañero visto lo visto, dice que no sube. "no no, otro día, que ya es muy tarde". Intentas recordar como va. En el rocódromo tienes dos argollas, pero aquí hay una especie de eslabones con pinta cochambrosa. Uno de ellos es un maillón, pero claro, eso no sabes lo que es. La cuerda no pasa bien. No hay sitio para poner el cabo de anclaje. "Voy a morir otra vez ahora en lo fácil", piensas. Resoplas como si estuvieras desactivando una bomba cuando te cuelgas del cabo de anclaje y te desatas. Pasas la cuerda corriendo. Haces el ocho. Lo revisas. Lo vuelves a revisar. "que no se suelte", piensas. "Pilla". El compañero tensa. Tu te quedas colgado de tu cuerda de nuevo. "Baja, tío, baja".

Llegas al suelo. No eres casi capaz de mantener el equilibrio, pero lo consigues, te desatas y el compañero quita el grillo. "vaya tela, eh?" te dice. Las sensaciones son extrañas. Por un lado has estado "a punto" de morir varias veces, y aunque si lo piensas no es verdad, tu cuerpo dice lo contrario. Por otro lado tienes esa sensación de haber resuelto la situación, incluso de haber disfrutado un poco de la experiencia, es extraño. "Bueno, vámonos a casa, no?" guardamos el material y andamos hasta el coche, mientras comentamos la experiencia.

El grigri, el seguro por excelencia en escalada deportiva

Supongo que es la mezcla del miedo que pasas, la lucha interna por no abandonar, la satisfacción de la autosuperación... no lo se explicar bien. Si se que desde aquel día no he dejado de escalar siempre que he tenido oportunidad. Sobre todo cuando redescubrí la pedríza y su adherencia cardíaca. Y sus escaladas clásicas de IV. Pero eso es otro post. Lo único que si tengo claro, que aquel día me convertí en el Capitán Penurias. Y hasta hoy.

01 octubre 2013

Escalando en el gusarapo

Vistas desde el "gusarapo". Qué bonito es el embalse de Santillana.
El domingo se levantó el día raror, raror, raror. En un primer momento parecía que iba a llover, pero luego no... en fin, incertidumbre. Los partes meteorológicos no eran muy halagüeños, pero el mapa de radar decía que no llovía, y el de isobaras decía que aumentaba la presión... así que nos arriesgamos y decidimos subir al sector "El gusarapo", en nuestra querida Pedriza.  Este sector está cerquita del coche, y además no es "pura adherencia" sino que tiene regletitas y cantitos, así que ideal para pasar una mañana escalando sin sufrir mucho. Lo malo de este sector es que suele ponerse de gente hasta las patas, y claro, en fin de semana suele estar imposible. Aunque la lluvia hace milagros, y nosotros llegamos a eso de las 9:30 y no había ni el tato. Así que nos pusimos a mirar las vías y a preparar las cosas.

Croquis sacado de Pedriceros.es

Nada más ponerme las express en el arnés, veo que sube gente. "vaya, al final palmamos" pienso... pero cuando se acercan vemos que son los chicos del Piedrafita (Carlos, Paula, Jose, Sergio, Luis...) así que en dos minutos está el sector colapsado. Nos ponemos a escalar, y vamos montando las vías, dejándolas puestas y así nos da tiempo a probar más. Empezamos por las fáciles (7 del cróquis) para luego darle a la 10, y la 9 (V, V+ de canto bastante chulas). Mientras el tiempo parece que nos da tregua y nos deja un cielo chulísimo para hacer fotos.

Así se puso el pie de vía en un momento. Comando Piedrafita.
Como ya comenté, aquí predomina el canto y la regleta mas o menos amable, con algún pasillo de adherencia, pero no es lo normal. El equipamiento está muy bien, y las chapas no alejan nada, por lo que es un sector bastante bueno para soltarse en ir de primero y pasar medio día tranquilo. Es por esto por lo que se pone hasta las patas en fin de semana. Además es cara Sur, por lo que es más que recomendable en invierno.

Carlos el maestro apretándose las vías una detrás de otra
Después de encadenar todas las fáciles (V, V+) nos pasamos a algo "más serio".  Jose monta la 11, que discurre por la chorrera. Esta vía tiene su "cosilla" porque si bien el empiece no es difícil, si que tienes que ir prestando algo más de atención, porque desaparece el canto y el rollo es más pedricero, pero vertical. A partir de la segunda mitad hay cuatro pasos de adherencia fina sobre cosas pequeñitas que te pueden dar la risa. Eso sí, las chapas están muy bien puestas y aunque te caigas no pasa ni media (y si no, que se lo digan a Sergio).

Bea en el 6a+
Está claro que tener las cintas puestas te da un aire, así que digamos que la cosa se quedó en 6a "pelao" de adherencia. Me lo doy sin problemas, aunque la parte de arriba hay que apretarle un poco en un par de balmas de fé. Me sigue Bea y aunque se lo podía haber dado de sobra (está encadenando todo) duda en los pies (la verdad es que son un poco así) y pincha justo en la cadena. Pero bueno, muy bien.

Mirando como se da Sergio el 6a+

Mientras Jose ha dejado libre las del paño de la derecha y la miro con recelo. No he visto la guía, pero me suena que las de ese lado eran más difíciles. Aunque hoy vengo motivado y le meto. Muchas veces la "pinta" de una vía te hecha para atrás, y esta es de ésas. Ves que tienes una especie de fisura ancha en medio y una sección de placa arriba que lo mismo es difícil ... pero en esto como en todo, hay que esforzarse un poco, así que para allá que voy. Me sorprendo a mi mismo llegando a la mitad sin esfuerzo. Llego al paso y cambio el peso bien a los pies (al final las enseñanzas del sensei Felipe están dando sus frutos) y chapo la cinta de arriba. Vuelvo a cambiar el peso, regleteo estirado, y cuando me doy cuenta estoy chapando el descuelgue. Me la he dado sin esfuerzo. Parece que la cosa va bien.

Bea en el 6a. Magnífica !
Le digo a Bea que no se lo piense y que le de, que la vía es mucho más fácil de lo que parece desde abajo. Sube de primera sin problemas hasta el paso del cambio de peso, duda un poco pero se lo da. Aprieta un poco más y lucha un pelín en la placa, pero se la lleva. Luego dice que no le cunde. Un buen día en un sector que habítualmente está petadísimo, en el que nos quedan hacer algunas cosas pendientes (un par de 6a+ a la izquierda, el gusarapo, y probar el 6b que se le ve color).