Barranco Calleja del Horno Reloaded

Pues como no hay dos sin tres, ni una sin dos, allá que fuimos para madrigal de la vera a repetir el mega barranco abierto y descubierto por Juanjo, el barranco de la calleja del Horno. Fuimos Dani, Jessi, Raul, Paloma, Juan, Bea y el que escribe, en plan caravana de mujeres. Así que para allá que fueron las tres bichas grises, unos más rápido que otros, ya se sabe que en estas cosas la experiencia es un grado...

Dani Valadés saltando a ver si revienta la mochila

La cosa es que llegamos a Madrigal y nos fuimos al TomBrú a cenar. Este sitio, también descubierto por Juanjo, se caracteríza por unas camareras super simpáticas y porque dan unas cenas que parece que el mundo acaba a las 23 de la noche. Total, que nos podemos a pedir como locos, y nos pusimos como el tenazas a cenar. Cosa que no estaría del todo mal, si no fuera porque todavía no habíamos llegado al sitio de dormir y quedaba un off road de flipar.

Noche estrellada y endemoniada con frontales.

Total, que tirando de memoria fotográfica, intento imaginarme el camino. Tras unos 15.000 "aguanta el morro" y "no se si es por aqui" llegamos a la primera duda. Tras explorarlo un poco a pie, decidimos que no es por ahí, tomamos el otro camino ... y pinchamos. Bajamos de la casa del señor (que no era por ahí) tomamos el camino del carro, aguantamos el morro y por fín nos pusimos a dormir. Bueno, antes estuvimos haciendo unas fotos endemoniadas gritando, saltando y usando los frontales ... luego por la mañana descubrimos que habia unos pobres señores durmiendo fuera agazapados como conejos. Desde aquí les pido perdón por haber sido tan cafres, sorry.

Juan (creo) en el rápel de 55

Entrando en harina, llegamos a la entrada del barranco, nos preparamos y tiramos para arriba. Hacemos a aproximación sin mucho lío, mitad por pista, mitad jareando, y total, que después de unas cuantas ortigas y alguna trepada loca, llegamos más arriba todavía que la última vez. Vemos un meandro que tiene buena pinta para explorarlo, pero ya para otro día. Nos preparamos, y empezamos ... haciendo el primer rápel loco a la poza que cubre hasta el mismísmo infierno, así que no quedó otra que probar el salto. Juan ni se lo pensó, Raúl estuvo ahí ahí ... y al final todos pasamos por el aro. Mola saltar desde allí, porque ves el 55 desde abajo y da cosica.

Raúl entrando al agua como un profesional

En el 55 sin problemas, bajamos todos sin más novedad y me bajo antes para sacar unas fotos desde atrás. Le dejo a Dani el casco con la cámara, y el muy mangurrián le dio mal al botón y saco una foto estupenda, así que no hay video de la pedazo de bajada que se curró, que fue espectacular. El resto bajamos sin problemas, y seguimos progresando sin más problemas, disfrutando de algunas pozas y buscando algunos saltos, que debido a que lleva bastante poca agua el barranco, se hacen un poco así así, incluso el último no podemos saltarlo porque esta bajo de verdad.

Paloma con cara de circustancias

Llegamos al roble del puente, nos cambiamos, y nos bajamos hacia la furgo de Jessi, para ver si seguían las otras aparcadas en el puente de los domingueros. Como seguían ahí, nos comemos unos torreznos sobre la marcha y tiramos para Candeleda a hacer otro barranco ... pero ese es otro post.

Raul bajando del rapel por el agua a la poza verde.

Una actividad la mar de interesante, sobre todo por la compañía. Raúl y Paloma se portaron muy bien, aunque a Raúl el agua como que así-así, pero lo disfrutó, lo bajó y aguantó alguna perrería que le hice, que no es poca cosa. Bea como siempre recia a tope y no se quejó ni un momento, y eso que iba sin escarpines (que dado el volumen de zarzas que habia ... en fin). De Dani y Jessi no digo nada, porque como siempre, magníficos y hechos unos profesionales. De Juan no digo nada, porque el día menos pensado consume la última seta que le queda y haber que hacemos.

Bea en el 55. La cosita pequeña encima de la peidra de abajo es Jessi (justo al pie izquierdo de Bea)

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