19 noviembre 2012

Cercedilla MTB

El croquis de la ruta
La cosas estas surgen a veces sin pensarlo mucho. En un mensaje, Javi me dice que tiene pensado subir a la sierra a hacer una ruta destroyer. Yo estoy un poco jorobado con el tobillo y una gripe galopante, así que me veo un poco flojeras. Se lo comento a Dani y me dice que se apunta del tirón... así que hago de tripas corazón y me pongo a ajustar la doble, que la cosa pinta con alguna que otra bajada. Pues nada, encima hacemos combo y vamos en la furgo, por lo que montar las bicis en el portabicis es lo más fácil del mundo. En un plis plas nos plantamos en Cercedilla, eso si, verificando que el tiempo se está nublando y lo mismo no hace todo lo bueno que esperamos.

Llegando. Parecía que iba a hacer bueno ... pero se está nublando por la sierra
Nos tomamos un café mientras viene Javi y vamos perfilando la ruta, que la tenemos en papel, como los buenos. Mi GPS está un poco trallado ya y se apaga, así que vamos a ir siguiendo el papel y las referencias que tengamos. Empezamos bien, porque ya en Cercedilla la liamos parda, y un poco mas arriba, donde el embalse, la volvemos a liar, tirando por donde no es, acabamos atrochando quitándonos la parte de la barranca. Eso si, nos subimos un cuestarral hasta Navacerrada de libro, donde ya vamos viendo que la ruta se va a poner delicada. Un par de apretones, y nos plantamos en el camino Smitd sin problemas, donde aprovechamos para abrigarnos un poco (¡ hay nieve !) y comer algo.

Campamento gitano. Merendando en Navacerrada.
Pues nada, empezamos a bajar el camino Smitd, y después de un par de sustos, otro par de talegazos, y un rato bastante molón empujando bici por los escalones que llegan al collado ventoso, conseguimos terminar el camino enteros, pero algo embarrados.

Rober no dejó de sonreir en toda la ruta, si señor.
Una vez en el collado ventoso, decidimos bajar por la derecha. La cosa está en que cuando llegas a la bifurcación del camino Smitd que te manda al collado ventoso o al puerto de la fuenfria, lo que hay que hacer es tirar hacia el puerto, porque si bajas desde el collado ventoso, te comes una pedrera de libro. Pero pedrera pedrera ... vamos, que lo razonable sería bajarla andando, no digo más.

Haciendo no-se-que con unas bridas. Vamos, descansando
Un poco más de pista por la carretera de la república, y llegamos al puerto de la fuenfría. Desde aquí, comemos algo y tiramos al collado de Marichiva, para bajar por unas pistas muy divertidas (con alguna que otra piña espectacular de Javi que nos deja un poco asustados) hasta una valla metálica, que cruzamos siguiendo la senda del Arcipreste, para acabar en la carretera que sube al Alto del León. Antes de llegar a la carretera hay una senda que sube directamente al puerto; es más corto, pero dudamos de que sea ciclable ... así que ahí cada uno...

Rober va notando los esfuerzos.
En el Alto del León empieza la fiesta. Rober va el último y se pasa mientras nosotros comemos algo junto al restaurante. Bajamos a buscarle, pero él ha tirado más y no le vemos. Se come el bocata, se harta de esperarnos (y como lleva el mapa) tira por la pista que le deja en Cercedilla. Pero claro, nosotros de eso, no sabemos nada. Después de un rato esperándole y bajando a buscarle, decidimos bajar... pero no damos con la pista buena. La desviación correcta es la pista señalizada con un hito grande, justo al kilómetro del puerto. Si tiras dos, y coges la pista asfaltada, vas a dar a la estación de tablada... y ahí empiezan los problemas.

Los tres recios de los pedales.
Pues nada, intentamos orientarnos un poco ... pero nada. Tiramos al lado de la vía del tren, encontrándonos a algún cazador que nos mira con cara de pocos amigos, y pasamos algunos taludes que dan algo de vértigo ... pero tras andar un rato (que bien pudieron ser un par de kilómetros) llegamos a un cruce con una pista en un estado así-así que baja hacia la civilización ... así que por ahí tiramos.

Hombre, la verdad es que estamos pillando un poco de barro, y tal.
Un poco de pista descompuesta con alguna que otra rodada, nos deja en una urbanización pasada los Molinos ... seguimos llaneando por la carretera ya un poco cansados pero viendo Cercedilla a tiro de piedra, así que apretamos los últimos kilómetros...

De bajada hacia el puerto de la fuenfría
... y Javi se vuelve a calzar una piña de las míticas. Al principio me echaba la culpa a mi porque decía que frenaba muy rápido y tal, pero la verdad es que la cosa tenía pinta a que bloqueaba la rueda delantera y salía por arriba. Un high-end de esos que dicen los de las motos. Pues de esos tuvo tres. No me extraña que le doliera la vida. Luego tras revisar la bici en casa y mirarla me comentó que tenía el pistón movido, y cuando frenaba se quedaba clavado sobre las estrias del disco ... miedo miedo. Así bloqueaba, claro.

Esta vez nos la hemos dado buena de verdad. 

Tras unas cuantas piñas, algo de barro, frío, unas pedreras de las buenas y perder a Rober, llegamos a Cercedilla, y nos lo encontramos allí tranquilamente. La pista buena te deja en Cercedilla, todo cuesta abajo, como un señor. El que sabe, sabe,  y el que lleva el mapa, más. Jarrita de cerveza con limón, y para casa. Una buena ruta en mejor compañía, que habrá que repetir, ya sabiendo que somos todos unos recios de flipar.


El video resumen

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