Terminamos el
Rubó Medio, comimos en un restaurante al lado de la carretera en el siguiente pueblo... y vaya si comimos bien: Fabes como tienen que ser y carne asada como unos señores. Claro, luego que si vuelvo gordo de las vacaciones en fin. La cosa es que estaba muy bueno y muy bien de precio, el Norte es lo que tiene. La cosa es que tiramos para La Molina para hacer el barranco de Pompedru, barranco muy bonito recomendado por Dani, y ya se sabe que lo que recomienda Dani es bueno. Además cortito y para todas las edades, así que ale.
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Aguas cristalinas con piedras bonitas. |
Una vez que llegamos a La Molina, dejamos el coche antes de entrar a la placita del pueblo y seguimos andando recto cruzándolo. Al poco el hormigón se convierte en tierra, y seguimos andando por un camino sin bajar al río. Como a los 20 minutos llegaremos a un puente. Tomaremos el sendero de la derecha y bajaremos al cauce del río, donde empieza el cañón. Hay una gran cueva a la derecha (margen izquierda orográfica) como referencia. Además, el puente está colgado sobre unos bloques empotrados a gran altura. Tranquilos, que no hay pérdida.
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Vistas desde el puente del pasillo. |
Ana decide no entrar, porque es algo tarde, está cansada y tiene frío. Así que nos hace el apoyo desde fuera y nos saca alguna foto chula desde lo alto del puente, que la verdad es que está bastante alto. Nos cambiamos y el barranco comienza con un rápel de unos 7 metros (que me comentan que es destrepable) y sigue por un pasillo que en condiciones de caudal interesante se tiene que poner bravo. Usamos el pasamanos y llegamos a una piedra desde la que se salta a una poza. En el libro dice que si esa piedra está cubierta, el caudal es demasiado alto para hacer el barranco, así que ojo. La piedra se ve desde el puente (en la foto anterior, es la piedra en la que está Fernando, con casco rojo).
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Rapelando la poza de después del pasillo |
Es una pena que el barranco no tenga 500 metros así. Salimos de la poza nadando y usamos unas cuerdas fijas para salir (aunque no es necesario, como demuestra Bea). Desde ahí, salimos a un pico desde el cual saltamos a la siguiente poza, o rapelamos (como hizo Fernando). Un destrepe más nos deja en una especie de tobogán que nos saca a un cauce mas abierto y por el que bajamos apreciando las características del barranco y como ha excavado y movido los bloques para dar forma a caprichosas oquedades y resaltes.
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El tobógán que no es tobogán |
A medida que vamos bajando nos encontramos incluso una sala formada por unos bloques a la que se puede rapelar (ojo no saltársela, que es fácil irse por la derecha siguiendo el cauce, ir mirando, que se rapela desde un poco más arriba desde una brecha). Lo cierto es que cuanto más bajamos, mas bonito nos parece el barranco. Una verdadera joya. Alex y David lo disfrutan pese a ir de corto (el agua curiosamente no está muy fría) y Bea sigue sin ponerse la chaqueta. La verdad es que estas nuevas generaciones son recias de verdad.
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El pasillo y el bloque desde el que se salta |
Hay que prestar atención una vez que se pasa una última oquedad y un bloque semisumergido que dan lugar a un paso medio sifonado (no cubre la cabeza). En este punto, si nos damos la vuelta, veremos una cuerda fija puesta para hacer un salto. Bien, aquí es donde está la salida "oficial" del barranco. Si miramos en la orilla izquierda (orográfica) veremos un tilo (árbol, jejeje) pues ahí sale una pista que nos deja en 5 minutos en el camino. Si por el contrario nos lo saltamos (como nosotros), tendrás que bajar como 1.3Km de río. A partir de este punto el barranco se abre y forma badinas muy bonitas, pero hay que nadarlas, así que si vas con frío o es tarde, pues no sienta muy bien (cosa que nos pasó). Nosotros montamos una especie de escape tirando por unas terrazas que salían a la izquierda después de la última gran badina, pero no hay necesidad, porque si bajas unos 50 metros más, llegarás a unas construcciones por las que te puedes salir y remontar por la margen izquierda, siguiendo los postes de la luz. La subida por aquí son unos 10 minutos, y nos dejan en la plaza del pueblo. Un barranco que si estás por la zona no te puedes perder, porque es terriblemente bonito, aunque desgraciadamente, como todo lo que es bueno, se hace un poco corto. Muy, muy recomendable.
Por cierto, la descripción del barranco (y de unos cuantos más) viene en el libro
"40 barrancos de asturias" de Pablo Solares. Así que no seaís cutres y comprad el libro, porque a parte del croquis viene mucha más info, y así además colaboráis con el autor (que también es equipador).
Video Resumen
1 comentario:
Hola, me ha gustado mucho tu publicación. Una pregunta, hace falta pedir algún permiso para hacer este barranco?
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