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Saludando desde el centro del pantano |
El problema de comprar un kayak y ser dos personas queriendo montar es que una se aburre mientras que la otra palea. Aprovechando que la vendedora del Sniper vendía otro, no nos lo pensamos mucho. La llamamos y lo tenía en Madrid. Un cuarto sin ascensor, para variar. En fin, menos mal que vengo ya curtido de estas cosas.
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Charlando tranquilamente. Al fondo la presa de San Juan |
El segundo "animalico" es un dominatrix 44, también de la marca Riot. Mientras que el Sniper 65 es un kayak de volumen (tiene un desplazamiento alto, para flotar como un condenado en aguas bravas de esas agitadas) el Dominatrix 44 es un kayak de rodeo, con un desplazamiento mas bajo y formas mas afinadas y de quilla plana. Ideal para controlarlo salvajemente, pero mala idea para controlarlo. Todo esto nos lo comenta la vendedora, y que ella tenía los dos (bueno, tiene realmente tres) y los iba usando según el río, pero que en principio los dos son intercambiables.
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Paleando |
Lo bueno que tiene el desconocimiento es que nos hace osados. Sin pensárnoslo mas, lo cargamos en la baca, le pego un toque a Dani (al que le gustan más estas cosas que comer con los dedos) y tiramos para el embalse de Picadas a probar la parejita, a ver que tal se comportan.
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Entrada de lado. La cara de horror es mítica. |
Lo bueno que tiene la cola de Picadas es que tiene una playa de entrada muy buena, y un pantalán donde te puedes poner a hacer el burro sin problemas, a parte de tomar el sol. Llegamos e intentamos meter a Dani en el Sniper, que es el grande. Primer problema: Dani no entra en el kayak, ni con los reglajes a tope. Es por eso que hay tallas. Un poco cabreado por no poder disfrutarlo, se sube sin meter las piernas ... pero claro, la estabilidad no es lo mismo y va un poco raruno. Aún así lo disfruta mogollón.
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Entrando de proa. Con un poco de ayuda de Dani |
Yo boto el sniper ... y madre mía. Es una embarcación con una linea de flotación baja no, bajísima. Así que mientras que con el sniper para palear en plano no hace falta cubrebañeras, con el dominatrix no es que haga falta, es que es obligatorio. Nada mas empezar se empieza a inundar con cada palada mal dada, lo que me hace ir prácticamente como un submarino. Muy manejable, pero también requiere un poco más de tacto. Con este es relativamente fácil volcarlo.
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El Capitán en su embarcación. Que apropiado. |
Sin mucho más que hacer, nos damos un par de vueltas por allí mientras que vemos a unos del triatlón "entrenar" (le mandé una foto que le hice, y no me dio ni las gracias, vaya tela con la gente) aprovechamos para tirar a Bea desde el pantalán para hacer alguna foto, y para casa. Esto de los kayaks promete!
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